Cuiden de su cuerpo
Van a estar muy ocupados y preocupados por la salud de su hijo y se olvidarán de prestar atención a la suya. Sin embargo, es muy importante que cuiden de su salud, para así poder entregar toda su energía a su hijo. Es importante que:
No dejen de lado su salud
Deben acudir a sus revisiones, pruebas y consultas.
Presten atención a los síntomas de la depresión o la ansiedad
El estrés nos afecta física y mentalmente. Si estos síntomas duran más de dos semanas, hablen con su médico.
No se olviden de sus medicinas
Pueden pedir a su médico más recetas, así se ahorrarán los viajes a la farmacia. Comprueben si su farmacia realiza entregas a domicilio.
Cuiden su alimentación
Una dieta saludable les ayudará a conservar la energía. Si uno de sus seres queridos está ingresado o necesita procedimientos médicos largos, pueden traer comida preparada de casa. Traigan recipientes con sándwiches, ensaladas o platos preparados.
Descansen lo suficiente
Escuchar música relajante o realizar ejercicios de respiración ayudar a conciliar el sueño. Las siestas cortas les ayudarán a recuperar energía si no duermen las horas necesarias. Asegúrense de hablar con su médico si la falta de sueño se convierte en un problema.
Practiquen ejercicio
Dar paseos, nadar, correr o montar en bicicleta son excelentes métodos para activar su cuerpo. Cualquier tipo de ejercicio, incluso la jardinería, la limpieza, cortar el césped o subir las escaleras pueden ayudarles a mantenerse en forma. Intenten practicar una actividad física entre 15-30 minutos al día. Se sentirán mejor y podrán controlar el estrés.
La nueva rutinas y el estrés que generan suelen empeorar los problemas de salud existentes. Si están enfermos o tienen una lesión importante, es imprescindible que cuiden de su salud. Estos son algunos de los cambios que experimentan los responsables de los cuidados:
- fatiga
- sistema inmunitario débil (la capacidad para hacer frentes a las enfermedades se resiente)
- cambios en los hábitos de sueño
- curación de las heridas más lenta
- presión arterial
- cambios de peso o pérdida de apetito
- dolores de cabeza
- ansiedad, depresión o cambios de humor
«Cuando salgo a correr es el tiempo que me dedico a mi misma y que me permite seguir adelante.» - Gail
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